sábado, 15 de agosto de 2009

¿Cambios dentro del totalitarismo fidelista?


Los debates públicos no dieron el resultado que Raúl esperaba. Los tiempos han cambiado. Los criterios y opiniones de la gente de a pie, en nada coinciden con los dirigentes del PCC, pero ya no lo dicen abiertamente en las reuniones. Eso es algo que se ha ido aprendiendo de generación en generación y, aunque algunos (los más jóvenes) caen en la trampa, son cada día menos los que se atreven a cantarle cuatro verdades al régimen en una asamblea.


Parte del sector tecnócrata (todos opinan igual que los hermanos Castro) favorece reformas políticas de China o Viet Nam, increibles en un país cuyos posibles inversionistas nacionales (léase exilio cubano) ni se encuentran en la disposición (primero tendría que desaparecer la crápula en el poder) ni tendrían las manos libres por miedo a posibles represalias. Los de línea dura, que son actualmente los que detentan el poder, con Machado Ventura a la cabeza, se resisten al cambio, posiblemente debido a que sus seniles mentalidades les hacen creer que son eternos.


Tener que leer que en Cuba existe una sociedad civil en busca de un socialismo cubano, es para partirse de la risa. Los cubanos anhelamos cambios radicales y sabemos que lo que nos han vendido como socialismo es puro cuento. Los ejemplos del Che, que tal vez fueran válidos en algún momento, se han desmoronado con el bolivarianismo Chavista.

Todos los cubanos queremos superar la miseria en que nos ha sumido el peor de los tiranos de los que han asolado nuestra tierra. Aquel que nos prometiera que nunca más existirían clases privilegiadas, el que ha exterminado la iniciativa creadora del cubano en base a un excesivo control fundamentado en políticas del alta estrategia, en resumen, el pueblo cubano aspira a un cambio de sistema más temprano que tarde y no a la continuación de un sistema totalitarista oxigenado.

Ninguna de las “reformas” económicas anunciadas se encuentra en marcha. De forma teórica, el límite de salario se ha eliminado, pero en la práctica nos encontramos con el burocratismo feroz que lo impide y por supuesto, la producción brilla por su ausencia. No digamos nada sobre el absentismo laboral. Han proclamado una reforma de la reforma agraria. Ya con ésta serían tres o cuatro reformas agrarias realizadas por el régimen tiránico y ninguna con resultados satisfactorios. ¡Mentira! No hay tal reforma. Lo que hacen es arrendar las tierras al que la solicite y…, una vez más el burocratismo impide, no solo la entrega en usufructo de la tierra, así como que también impide que el agricultor se desarrolle obligándole a sembrar lo que el gobierno le “oriente”. Un usufructuario no es un agricultor privado. Antes de 1959 Cuba exportaba alimentos a los Estados Unidos. Hoy más del 70% de los alimentos que consume la población son importados. Las tierras en desuso son propiedad del gobierno y corresponden a más del 75% de la tierra cultivable.

Ahora el desgobierno está implementando un nuevo miedo que mucho tiene que ver con el ejemplo chino. Sutilmente están publicitando el peligro potencial que supone el flujo (considerable) de dinero de la Comunidad Cubana en el Exterior, lo que sería igual al monstruo de las siete cabezas (los nuevos ricos) y los siempre pobres, dependientes de un régimen incapaz de abastecerles las mínimas necesidades.

Posiblemente el régimen totalitario de los hermanos Castro sea el único que sobrevive (Corea del Norte pudiera ser el otro) y que no ha sido capaz de escapar de las tragedias que lo autodestruyen, estableciendo cambios llamados revolucionarios que son todo lo contrario por su magnitud y alcance. Lo que llaman socialismo ha creado niveles de sub educación, carestía de vivienda como en cualquier otra parte del planeta y una salud pública carente de médicos y medicinas. El deporte cada día se encuentra más depauperado, a pesar de los pesares del máximo líder que sufre al tener que soltar recursos de su economía privada (léase “reservas del comandante”) para que los deportistas puedan entrenar decentemente.

El sistema fidelista es un totalitarismo en permanente estado de evolución y autocorrección que le ha permitido subsistir a la glasnost y la perestroika, momento en el que Fidel Castro aprovechó para distanciarse del bloque comunista europeo, dándole entrada, de inicio, a pequeñas empresas extranjeras que iría decantando en la medida que aparecieran socios con mayor poder económico y dispuestos a negociar con el régimen (léase Fidel Castro). Lo único que tiene de exitosa la revolución energética es el soporte del petróleo venezolano.

El régimen de Fidel Castro tiene profundas raíces en el "comunismo" totalitario estalinista que siempre ha sido un complejo proceso basado en realidades tergiversadas, como pudiera ser el caso de las agresiones exteriores de Estados Unidos. Continúa su sucesión hacia un régimen más autoritario, de propaganda internacionalista, impregnando de las ideas totalitarias de un solo partido y eternización en el poder de una crápula dirigente.

Durante los difíciles tiempos económicos del los 90, en lugar de dedicarse a aumentar el nivel de vida de la población, mejorando la canasta básica, el régimen se dedicó a exportar médicos, maestros y otros profesionales, recibiendo una remuneración por ese concepto que no alcanzaba para alimentar a nuestra población, pero que servía muy bien a sus intereses políticos.
Por último, deseo aclarar que la Alternativa Bolivariana para América Latina es solo la contraparte venezolana a la iniciativa para el Tratado de Libre Comercio promulgado por los Estados Unidos.


Ya lo dijo mi abuelo: peleémonos con la Señora de la casa y hagámonos amigos de la criada.

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