martes, 23 de junio de 2015

Como Cubana discrimina a los cubanos

La Compañía Cubana de Aviación es controlada por el régimen dictatorial, totalitario y neo feudal de los hermanos Castro Ruz
Por Julio Aleaga Pesant Periodista Independiente
jun 16, 2015
Es una historia personal, y ruego no se excedan los lectores en su justo pedido de objetividad, equilibrio o imparcialidad, características indispensables del periodismo. Lo que cuento me ocurrió la noche del domingo 7 de junio de 2015, en el Il 96, de Cubana de Aviación que cubría la ruta Paris-Santiago de Cuba-La Habana, CU 445.

cubana-aviacion

Preví tomar ese vuelo de Santiago a La Habana, días antes. En el regresaba mi hijo de 12 años, luego de once meses de estudiar en la ciudad francesa de Toulouse. Mi objetivo era claro, sorprender al primogénito y comenzar las celebraciones desde su misma llegada al espacio aéreo nacional. Me acompañaba mi hija de once años, encantada de montar aviones, de volver a visitar Santiago, y reencontrarse con su hermano mayor.

Aunque el CU 445, llegó a tiempo a Santiago, el despegue para la capital demoró unos 35 minutos. “Nada importante”. Cuando al fin se abrieron las puertas del salón para pasar a la pista-escalerilla-puerta trasera del avión, lo hicimos sin apresuramiento tratando de calcular cada paso que daríamos, antes de fundirnos en un abrazo con el hijo. Sin embargo, muy lejos estaba de comprender la tormenta que se acercaba.

Entrando por la puerta de atrás, nos movimos con agilidad para buscar visualmente al adolescente, cuando nos topamos una barrera humana en la fila 14 de los asientos y que impedía a los cubanos acercarnos a los otros pasajeros.

Cuatro fornidos hombres de seguridad aérea y Emigración y Extranjería, cerraban el paso de los angostos pasillos. Detrás las aeromozas y más atrás los sobrecargos. No perdí tiempo. Pregunte sobre un niño que viajaba desde París, era mi hijo y quería verlo. La única respuesta de los mal carados fue, no puedes pasar. Pero es mi hijo, repetí, que no veo desde hace un año por favor. No se puede pasar, fue nuevamente la respuesta. Como en todo forcejeo verbal, volverse irreconciliable es directamente proporcional al aumento del volumen de la discusión. Ya en ese estado, mi hijo supo que lo buscaba y sale corriendo para tratar de unirse a mí, pero fue rechazado y empujado por los “segurosos”, que empezaron a amenazarme con bajarme del avión, por ser el responsable de que no pudiera despegar.

A todas estas los franceses y extranjeros separados de los cubanos por dos filas de asientos a la altura de la 13 y 14, comenzaron a voltear la cara hacia lo que sucedía y a expresar su enfado con lo que indicaba la imposibilidad de que una familia se abrazara, por la terquedad de unos oficiales que no permitían que los extranjeros se mezclaran con los cubanos dentro del avión. Algunos empezaron a manifestarse públicamente con lo que parecía un absurdo. Un niño de pelo largo, de una parte y su padre y hermana de la otra llamándose a gritos mientras un grupo de mal encarados, como una cerca de campo de concentración, les impedía franquear la distancia de medio metro.

Decidido a bajar el tono para encontrar una solución al entuerto, converse con la que parecía el jefe de las aeromozas, sobre el tema y me sugirió que en cuanto levantar vuelo, podría ir al baño y allí en “tierra de nadie” podría abrazar a mi hijo. Y pronto, aun demorado, se llegó a un acuerdo por el cual nos podríamos reunir en las dos filas tierra de nadie, especie de Panmunjon aéreo, en cuanto el avión levantara vuelo, pero… el avión tenia desperfecto y el otrora amenazante capitán, ahora pedía disculpas por un retraso de media hora, que nos permitió ante el clima de tensión existente en la cabina, que al fin la familia se abrazara en medio de gestos de alegría, y el aplauso y aprobación de los extranjeros, que no de los cubanos que en esa indolencia aprendida de los comunistas, prefirieron mirar hacia otro lado mientras un padre luchaba por abrazar a su hijo.

Como la rotura del avión era de mayor envergadura, hicieron bajar a todos los pasajeros. Primero los extranjeros, por la escalerilla delantera y luego los cubanos por la escalerilla trasera. Siendo destinados a salones diferentes. De regreso al avión, nos volvimos a reunir hasta la llegada a La Habana, en que fuimos separados de nuevo dramáticamente pues el Il 96, detuvo sus motores en el edificio 3 del aeropuerto José Martí, y los cubanos debimos, después que salieron los extranjeros, dirigirnos a un par de guaguas, que nos llevaron al edificio 1, ubicado a unos tres kilómetros del otro lado de la pista. De allí, mi hija y yo tomamos un taxi para dirigirnos a la terminal 3 a recoger al vástago, donde al final, ya no nos separamos más.

Tal incidente me sugiere las siguientes preguntas. ¿Por qué es necesario separar a los extranjeros de los cubanos en los aviones, o en las terminales? ¿Siempre son los funcionarios de Cubana de Aviación insensibles, ante una reunificación familiar? Dos líneas de asientos vacíos en el avión ¿no pudieron aprovechar? ¿Dos oficiales de seguridad aérea, sentados en esos asientos para impedir que los cubanos se movieran cómodamente por el avión? ¿Somos los cubanos ladrones, parias o intocables? ¿Por qué los cubanos, en vuelos nacionales, no pueden salir por la Terminal 3, si eso facilita su incorporación a la ciudad? ¿Cuál es la posición del Ministro de Transporte y el Presidente del Instituto Cubano de Aeronáutica Civil de Cuba y el Presidente de la compañía Cubana de Aviación SA, sobre la segregación de los cubanos dentro de estos equipos propiedad del Estado cubano?

Apuntan quienes viajan por el mundo, que en los vuelos comerciales, con escala, no hay diferencias entre los nativos y los extranjeros en el reparto de los asientos ni en las escalerillas de salida/entrada y mucho menos en los salones de espera. Tampoco en las terminales de desembarco. Cuando más en la misma terminal, están los oficiales para nacionales y para extranjeros, hasta en el mismo salón, solo diferenciado por un pequeño cartel móvil.

Entonces, ¿Por qué, Cubana de Aviación discrimina a los cubanos en sus aviones?
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