sábado, 25 de febrero de 2017

Cuando de recular se trata…

Cuando de recular se trata…

Pretender que topando los precios se avanza lentamente en pos de cambios que permitan a la nación recuperarse de viejos modelos económicos, conduce nuevamente a las “libretas” y a las deformaciones del “mercado” socialista, conculcando la producción y los servicios



 
 
 

La calurosa Ciudad de La Habana ardió cuando el “gobierno provincial”, “orientado y dirigido” por el llamado Partido Comunista, dictó unas regulaciones de precios para los taxis privados. Ante tamaño despropósito, algunos taxista guardaron sus carros. Ya el cubano sabe que forcejear con la dictadura no sirve para otra cosa que perder el tiempo. Es mejor esperar a que la protesta silenciosa de la clientela les haga entrar en razones.

Los habaneros saben que el problema de la falta de transporte no se debe a los taxistas particulares

Tan pronto como surja efecto el “estado de la población”; eso que hace mucho tiempo que funciona en silencio (para el des-gobierno) y que sondea el estado de opinión, determine que la presión se hace insoportable.

Muchos de los seudo-economistas gubernamentales opinan que lo del trabajador por cuenta propia, haciendo las veces de taxista) es un negocio de “dimensiones reducidas”. A estos “compañeros” debo aclararles que de eso nada. Un negocio, de ese tipo, en una ciudad de más de dos millones de habitantes, no se puede considerar pequeño.

Pequeña es la empresa particular de cada taxista

Y otra aclaración: Las ganancias no son altas, a partir de que los onerosos impuestos que se pagan al des-gobierno, unido al coste de las reparaciones y mantenimientos, de esos “cacharros” antediluvianos, “de marcas indescifrables” que mueven a la población de un lado para otro de la capital de los cubanos, no es nada barato. Agréguesele el aumento del precio del combustible y ya verá usted cual es el problema.

No intenten “dormir”, al pueblo, con los trucos viejos de antaño.

¿Qué es eso de «distorsión del modelo económico y social?

¿Cuál modelo? ¿Qué sociedad?

¿Es eso lo que va a retardar las transformaciones anunciadas hace más de cinco años?

¡Me parece que los seudo-economistas del régimen ahora intentan, descaradamente, amedrentar a la población! Pero es tarde.

Nunca ha sido buena idea intentar mezclar el agua y el aceite, o la leche de vaca, con la de magnesia. Pero si en base a lo anterior, además dices mentiras…

¿Desde cuando existen, en Cuba, pequeñas y medianas empresas particulares?

Si llamarle empresa privada S.A. a las del des-gobierno, es pasarse de la raya, mucho peor es insinuar que los “cuentapropistas” cubanos pueden andar junto a compañías extranjeras y mixturarse.

No soy economista, pero decir (a continuación) que la presencia de esas alternativas empresariales (de factura capitalista) no alejaría al régimen imperante en Cuba del sistema socialista, es como decir que aunque cruce un simio con un cerdo jamás saldrá, de esa unión, un “cochimono”. Por supuesto que no, pero se crean las bases para el establecimiento de una base (a escala social) que asuma el control de la economía en nombre del des-gobierno.

En fin, la casta que hasta nuestros días ha mantenido el poder político, en manos de la misma casta intentando “gobernar” desde una economía sostenible.

Las experiencias económicas, fracasadas, del socialismo a nivel mundial, son tan sonadas, que apenas quedan rastrojos. Por el contrario, las experiencias del capitalismo solo trae crisis cíclicas en el sistema de mercado, aunque indiscutiblemente que en las economías de mercado, las clases medias viven mucho mejor que en los países de economía centralizada.

Por regla general no se debe restringir el comercio. Solo en ocasiones puntuales y en empresas estratégicas para un país, sería posible la regulación.

Tomemos, por ejemplo, el caso de los taxistas particulares y dejémonos de tanto teque económico:

Si se contrata una o varias empresas privadas para resolver el problema del transporte, de inicio debe regularizarse el taxi particular, pero cuando se trata de que el des-gobierno se muestra incapaz de resolver el problema del transporte y aumenta el precio de los carburantes, un buen gobierno primero escucha a los transportistas particulares con el ánimo de ayudarles y no al contrario. Luego les disminuye el precio del combustible y a cambio les exige el tope de los precios. Luego les disminuye un porcentaje del impuesto y les exige aumentar las paradas.

O lo que es igual en el sistema de mercado.

                                           NEGOCIAR


Olvídense de las escuelas del siglo XIX, que estamos en el XXI.

El conflicto en torno a los precios de los taxis, no es otra cosa que el descontrol del des-gobierno sobre sus órganos de dirección. Cinco décadas de gobernar al capricho de un solo personaje es el problema fundamental.

Si fuera cierto que en el mundo, es común la regulación gubernamental del transporte, como regla, para proteger a los consumidores, en Cuba el problema no es ese. En Cuba lo que ha puesto ese precio al transporte es la incapacidad del des-gobierno que no sabe, ni quiere gobernar como debe ser.

No se puede ir diciendo por ahí que los taxistas particulares son los responsables de incrementar sin razón “legítima”, los precios, cuando el desgobierno (con o sin razón) aumenta los precios de los combustibles.

Respondiendo a la situación creada por el propio desgobierno, ya los taxistas habían aumentado los precios.

¡Esa es la verdad!

¡Las “autoridades” respondieron tarde y mal!


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